Shelby Daytona Coupé.
#5 Dan Gurney (USA) y Bob Bondurant (USA).
Shelby American Inc., USA
24 Horas de Le Mans 1964.
Categoría GT.
4th, winner GT, 334 vueltas.
Ref. RLG18001 de Exoto.
Estático diecast a escala 1:18
(Colección Garage 118 de Mulsanne Stone).
El AC original.
En las afueras de Londres, en un pequeño taller, John Tojeiro, un ingeniero de origen portugués, concibe un prototipo provisto de un motor Lea-Francis. Y lo viste con una carrocería que imita, con más o menos fortuna, las líneas dibujadas por Touring para el Ferrari 166 MM Spyder de 1948.
AC (Auto Carriers Ltd.) era una muy antigua empresa, sus orígenes datan del año 1901, dedicada a la fabricación de automóviles deportivos. El proyecto de Tojeiro les gusta y exponen el coche en el Motorshow de Londres de 1953, en su estado original. Tras cerrarse las puertas del salón, en AC se pusieron manos a la obra para modificar el prototipo de cara a producir el modelo en serie. Entiéndase esta palabra en su justo término, pues la producción de AC era la típica de los pequeños artesanos británicos de coches deportivos.
Lo primero fue modificar la silueta, haciéndola más atractiva, para luego pensar en un motor de seis cilindros, pero más tranquilo. En total, entre los años 1954 y 1963, AC Cars produciría 767 ejemplares del Ace. Si bien montaba un motor AC, a partir de 1961 y tras cesar la producción del bloque original, la marca abría la posibilidad de elegir también entre un Bristol o el V6 Ford que montaba el Zephyr.
Shelby Cobra.
Pero el 2 de febrero de 1962, comenzaba a escribirse un nuevo capítulo. Un AC Ace proveniente del Reino Unido, desembarcaba en los Estados Unidos para ser llevado a Santa Fe Springs, a la guarida de Carroll Shelby. El tejano se va a encargar de importar el roadster inglés. Pero Shelby da un paso más y sitúa bajo el capó un V8 de Ford, si bien conserva la discreta carrocería, el chasis y los trenes rodantes con cerca de diez años de antigüedad. La idea funciona con éxito, mucho éxito.
Shelby American produce setenta y cinco ejemplares del Cobra 260. Y en enero de 1963, aparece el Mark II, con un motor de 4.7 litros. No es un roadster para ver y ser vistos por los bulevares o al borde de las playas de Venice. El incremento de potencia de la gama comercial viene acompañado de un agresivo plan deportivo.
Shelby Daytona Coupé.
Pero para algunas personas, el Cobra no es el logro más importante de Shelby, ni tampoco lo son los Mustang que llevan su nombre. En 1964 y 1965, Shelby construyó seis coches que cambiaron el mundo de las carreras para siempre. Conocido como el Daytona Coupé, estos autos situaron a Estados Unidos como un importante competidor en las carreras internacionales y, a pesar de ser el centro de atención por poco tiempo, su increíble historia de éxito y su hermoso estilo quedaron forjados en la memoria de innumerables fanáticos de las carreras.
Y todo empezó en 1963 con un Cobra accidentado, un boceto y mucha gente escéptica. Ferrari estaba en la cima, con el 250 GTO dominando el mundo de las carreras. El roadster de Shelby era un gran automóvil y podía dominar en pistas cortas americanas, pero no en el resto de las carreras internacionales. El Cobra era hermoso y de aspecto musculoso, pero adolecía de una apropiada aerodinámica. Bob Bondurant, piloto de Shelby, comentaba: “Aerodinámicamente, el roadster es un furgón. En Spa en 1964, los GTO y los Porsche 904 simplemente se alejaban”.
Shelby deseaba desesperadamente un coche que pudiera aplastar a Ferrari en su propio terreno, y uno de los objetivos era proyectar una nueva carrocería, trabajo que encomendó al diseñador Pete Brock. Desde el taller de Shelby American, Brock escogió la opción de construir una carrocería coupé y adaptarla al chasis del Cobra accidentado en Le Mans en 1963, colocando el volante y el asiento donde pensaba que deberían ir. Con su morro curvo y bajo y su parabrisas inclinado, tenía un cierto parecido con el 250 GTO, pero en la zaga, el automóvil se convirtió en una fuente de polémica entre los empleados de la fábrica.
Brock conocía los estudios realizados por el Dr. Wuniblad Kamm en la década de los 30, un físico alemán que sostenía que un diseño de automóvil liso con la cola cortada y plana reduce en gran medida el coeficiente aerodinámico de un vehículo. El único problema es que nadie había diseñado un automóvil estilo Kamm en años, y fue completamente contrario al diseño convencional del momento. Los ingenieros de Shelby odiaban el automóvil, incluso llegaron a traer a un ex piloto de carreras para tratar de convencer a Brock de que no lo hiciera. Pero se mantuvo firme, y contó con el apoyo de la única persona importante: Carroll Shelby.
En su debut en las pistas, el coupé alcanzó una velocidad de 186 millas por hora en recta, la misma velocidad máxima que el 250 GTO. Tras un mes de mejoras, el auto podría fácilmente llegar a las 190 millas. Por tanto, se le dio luz verde para competir.
El Daytona debutó en marzo de 1964 en las 12 Horas de Sebring, donde ganó la clase GT. Se construyeron cinco automóviles más. Sus carrocerías fueron construidas por Carrozzeria Gransport, en Módena (Italia) y posteriormente fueron enviadas a EEUU. El segundo de estos automóviles, CSX2229, se convirtió en uno de los coches de competición más dominantes del mundo, ganando su clase en las 24 Horas de Le Mans y el Tourist Trophy.
Pero la temporada de 1965 fue el año de Shelby. Además de las victorias en las 24 Horas de Daytona y las 12 Horas de Sebring, los autos ganaron el GP de Italia en Monza, el GP de Spa, los 1.000 km de Nürburgring, las 12 Horas de Reims y Enna-Pergusa. Dominaron la clase GT llevándose para casa el campeonato. Y después de esto, todo terminó.
Henry Ford II quería su propio auto para vencer a Ferrari. Para el desarrollo del GT40 necesitó la ayuda de Carroll Shelby y éste puso todo el peso de la compañía tras el proyecto. Cuando finalizó la temporada de 1965, lo que debería haber sido un increíble éxito apenas se reconoció. El Daytona ya era una vieja noticia.
La miniatura.
El coche estático representa al Shelby Daytona Coupé que participó en las 24 Horas de Le Mans en 1964, quedando 4º de la general y 1º en la categoría GT. Clasificó por delante de los Ferrari GTO y de los Porsche 904, que hasta entonces eran los Gran Turismo dominadores en resistencia. La miniatura es una pieza excepcional de la firma norteamericana Exoto.