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viernes, 9 de mayo de 2025

Cheap Thrills, la furia controlada de Janis Joplin.


Big Brother & the Holding Company – Cheap Thrills.
Formato: Vinilo, LP, Album, Reissue.
Edición: Spain – 1970.
Sello: CBS - Columbia Broadcasting System, Inc., USA.
Género: Rock.
Estilo: Folk Rock, Blues Rock, Psychedelic Rock.
(Colección Vinyl 33 de Mulsanne Stone).

Big Brother & the Holding Company nació a mediados de 1965 en el bullicioso entorno del distrito de Haight-Ashbury en San Francisco, cuando jóvenes músicos de la escena folk-blues de la ciudad decidieron unir sus fuerzas para explorar sonidos más eléctricos y experimentales. Fundados por el bajista Peter Albin y el guitarrista Sam Andrew, a ellos se sumaron pronto el guitarrista James Gurley y el batería Dave Getz, conformando un cuarteto ávido de romper con los moldes tradicionales del blues.

Sus primeras actuaciones en cafés y clubes como The Fillmore Auditorium o The Avalon Ballroom fueron caldeando el ambiente psicodélico de la Costa Oeste, mientras el manager y promotor Chet Helms los impulsaba en el circuito underground, consiguiéndoles una leal base de seguidores y la atención de la incipiente prensa musical.

El sonido de Big Brother en esos primeros meses era crudo y directo: armonías de guitarra saturada alternadas con pasajes de ritmo sincopado, alimentados por la electricidad de la juventud y la contracultura que bullía en la ciudad. Fue en este inestable pero emocionante caldo de cultivo donde descubrieron a una voz privilegiada: Janis Joplin, cuyo carisma y fuerza vocal se integraron al grupo a principios de 1966. Con ella, la banda encontró no solo una líder capaz de trascender géneros, sino también una energía escénica que los catapultó de los garitos locales a escenarios cada vez más grandes, sentando las bases de lo que sería su ascenso meteórico en el verano del amor y, más tarde, la grabación de su obra más icónica.


En lo que fue un rápido giro creativo tras su explosiva incorporación a la escena de San Francisco, Big Brother & the Holding Company entró en los Sunset Sound Studio de Los Ángeles en marzo de 1968 para dar forma a lo que acabaría siendo Cheap Thrills. Bajo la producción de John Simon, el grupo aprovechó la química en directo que habían ido pulido en las giras locales, pero con la ambición de capturar tanto la electricidad del escenario como la precisión del estudio.

El ingenioso añadido de aplausos “falsos” en el mezclador buscaba trasladar esa energía de club al vinilo, sin renunciar a una calidad de sonido que respetara cada gruñido de Janis, cada rasgueo de guitarra y cada embestida de la sección rítmica. El resultado fue un álbum que, en lugar de emular un directo al uso, se convirtió en la mejor intersección posible entre la espontaneidad de su música y la cálida fidelidad analógica de los años sesenta.

Desde el primer giro de la aguja, Cheap Thrills te catapulta a la furia controlada de Janis Joplin y Big Brother & the Holding Company: Janis, con su voz rasgada y apasionada, te atraviesa el pecho mientras James Gurley despliega riffs crudos y Sam Andrew añade punteos agudos que chisporrotean. Peter Albin y Dave Getz anclan el ritmo con un contrabajo firme y una batería precisa, y la edición española de 1970 (CBS S-63392) los captura a todos con una calidez analógica que solo un prensado europeo de casi 180 g puede ofrecer.

La emblemática y mítica portada dibujada por el autor underground Robert Crumb se reproduce con fidelidad y sin florituras innecesarias. El prensado sólido del disco atenúa apenas los agudos para dar una calidez que penetra el alma. La edición española de CBS no incluye libreto interior, pero esa austeridad solo refuerza el encanto del vinilo como objeto: una pieza para melómanos que disfrutan del ritual de limpiar el disco, colocar la aguja y dejarse llevar por la magia analógica.


Arranca la cara A con “Combination of the Two”, un vendaval que te estremece: el riff insistente de Gurley se entrelaza con el empuje sincopado de Getz y la narración de Joplin, que en cada verso escupe rabia y vulnerabilidad. Sin transición brusca, “I Need a Man to Love” rasga esa tensión con una melodía más íntima, donde la guitarra de Andrew susurra acordes húmedos y la voz de Janis desafía convenciones al filo de la emoción.

En “Summertime” la banda se sumerge en un cruce entre blues y jazz: el contrabajo respira con suavidad, las escobillas acarician el platillo y Joplin flota, etérea, sobre esa atmósfera onírica. El vinilo, limpio de chasquidos y con medios-graves realzados, hace que cada eco y cada reverb se perciban con una nitidez sorprendente. Y cuando irrumpe “Piece of My Heart”, un clásico destinado a la inmortalidad, los coros de acompañamiento remachan el dramatismo, los riffs exudan soul y el grito de “¡Take it!” retumba con una sinceridad tan intensa que sientes el surco vibrar bajo tu aguja.


Al darle la vuelta al disco, “Turtle Blues” retoma el pulso con un blues sincopado, crudo y narrativo: Janis cuenta su historia al calor de una lámpara imaginaria, mientras Albin y Getz construyen el colchón rítmico que sostiene cada frase. “Oh Sweet Mary” introduce un matiz más relajado, con un falsete juguetón de Joplin y un fraseo que coquetea con el country-blues; aquí, el juego de los aplausos “enlatados” de John Simon no resta autenticidad, sino que juega con esa fina línea entre estudio y directo.

El cierre llega con “Ball and Chain”, nueve minutos de catarsis sonora en los que cada golpe de batería retumba como un latido y los solos de guitarra rasgan el aire en un crescendo imparable. La voz de Janis, en el epicentro del huracán, alcanza notas tan salvajemente emocionantes que parecen hilo de electricidad pura.


En conjunto, Cheap Thrills (CBS S-63392, 1970) es un testimonio de la conexión visceral entre estudio y directo, un objeto de culto cuya fuerza radica en la voz insobornable de Janis Joplin y en la pasión de una banda que supo fundir psicodelia, blues y rock en cada surco. Si guardas tus vinilos como tesoros irrepetibles, esta edición es, sin duda, una de las joyas imprescindibles de cualquier colección, una pieza esencial para cualquier amante del vinilo que valore el culto al objeto y a la experiencia analógica.

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