Alfa Romeo T33/2 Periscópica Spyder.
#37 Teodoro Zeccoli (I), Roberto Bussinello (I) y Jean Rolland (F).
#38 Andrea de Adamich (I), Ignazio Giunti (I) y Enrico Pinto (I).
Autodelta S.p.A. (I).
24 Horas de Le Mans 1967.
Test Car (10º y 12º en entrenamientos).
Ref. CM32001/1 y CM32001/2 de Cursa Models de Juanjo Moya.
Resina RTR.
(Colección Slot 32 de Mulsanne Stone).
Las miniaturas.
Estos dos preciosos cochecitos son de la marca sabadellense Cursa Models. Al frente de la firma se encuentra Juanjo Moya, artífice así mismo de otras dos marcas que dejaron sello en este fascinante mundo del slot: Mini Réplicas Racing Kits y Power Slot. Las dos miniaturas están fabricadas en resina y Juanjo me las entregó RTR, es decir, pintadas y decoradas, listas para correr. Son dos magníficas réplicas a escala 1/32 de los preciosos prototipos Alfa Romeo T33/2 “Periscópica” que se presentaron en Le Mans, en los entrenamientos de abril de 1967 y que finalmente no fueron inscritos para la carrera celebrada en junio.
Artículo escrito por David López para Autolegends.
Para comenzar la historia de los Tipo 33 hay que remontarse ligeramente hacia atrás en el tiempo, más concretamente a mediados del siglo XX. Alfa Romeo gozaba de una gran popularidad entre la sociedad elitista gracias a los ejercicios de diseño realizados por carroceros como Zagato, Touring, Bertone o Pininfarina. Ediciones de lujo que hoy día cotizan en alza en manos de coleccionistas. Sumado a esto, sus victorias en la Formula 1, en las pruebas de resistencia e incluso en los campeonatos de coches de menor cilindrada, hicieron consagrar a Alfa Romeo como uno de los grandes fabricantes.
Esta buena situación siguió repitiéndose durante la primera mitad de la década de los sesenta, con los deportivos Giulia TZ y TZ2 obteniendo victorias de categoría a manos del departamento de competición de Alfa Romeo, Autodelta. Con estos resultados, el verano de 1966, el jefe de filas Giuseppe Luraghi, encomendó la misión de lograr la victoria absoluta del Campeonato Mundial de Resistencia.
El proyecto tuvo como código interno el número “105.33”, pero fue conocido como “Tipo 33”. Durante la fase de desarrollo montó el mismo motor con cuatro cilindros en línea y 1.6 litros de cilindrada de los Alfa Romeo TZ2. Estos motores habían demostrado un buen rendimiento, pero si querían luchar por la victoria absoluta del campeonato, tendrían que montar un motor más potente.
Carlo Chiti, director técnico de Autodelta, diseñó un nuevo motor de 2.0 litros, un V8 con las bancadas dispuestas a 90º. Tras este cambio decidieron darle finalmente el nombre de Tipo 33/2, haciendo alusión a la cilindrada del motor. El motor estaba ubicado en posición central, tras el piloto, y rendía una potencia máxima de 270 CV a un régimen de 9.600 rpm. Su ligero peso en vacío de tan sólo 580 kilos, daba una gran relación de 0.47 CV/Kg. Unida al motor iba montada una caja de cambios manual de seis velocidades.
El chasis se desarrolló en base al del Scarabeo, una concept car presentado en el Salón de París de 1966. Su bajo peso se consiguió gracias al uso de materiales ligeros, tales como la aleación de aluminio y magnesio. La carrocería se fabricó con aleación de aluminio y sus líneas fueron dibujadas por OSI, una subsidiaria de Ghia. La enorme entrada de admisión de aire para refrigerar el motor fue la razón de su sobrenombre, con el que era más conocido: “Periscópica”.
La geometría de suspensión estaba formada por brazos transversales dobles, con muelles helicoidales y amortiguadores telescópicos, a los que se sumaba una barra estabilizadora tanto en el eje anterior como en el posterior.
El 7 de enero de 1967, el Alfa Romeo Tipo 33/2 ‘Periscópica’ Spider rodó por primera vez en un circuito. Fue en el trazado de Balocco, la pista de pruebas de Alfa Romeo. A sus mandos se encontraba Teodoro Zeccoli, quien probó la nueva montura en un evento que a priori era secreto. Lo que iba a ser un test normal y sencillo se trastocó cuando el piloto italiano bloqueo sus frenos en un trazado que estaba helado a causa de las bajas temperaturas. Zeccoli perdió el control y sufrió un accidente. El Tipo 33/2 comenzó a arder, pero por suerte se pudo sacar al piloto sin mayores problemas.
El 6 de marzo se presentó oficialmente a la prensa en un evento que contó con la presencia de Giuseppe Luraghi, Carlo Chiti y una plantilla de pilotos formada por Giacomo Russo, Ignazio Giunti, Teodoro Zeccoli y Roberto Businello.
Solo una semana después de aquel evento, Zeccoli hizo debutar el “Periscópica” en un evento deportivo. Fue en una carrera de montaña que se celebró en Fléron, Bélgica, el 12 de marzo. El piloto italiano logró ser el más rápido en cruzar el tramo y dio al palmarés su primera victoria. Las siguientes pruebas estuvieron centradas en el Campeonato Mundial de Resistencia, pero esta primera generación del Tipo 33 demostró tener una mala fiabilidad mecánica.
A primeros de abril Autodelta presentó en los entrenamientos de las 24 Horas de Le Mans dos T33/2 Periscópica. Los malos resultados obtenidos, los problemas de fiabilidad y la fragilidad del motor fueron motivos suficientes para que Alfa Romeo desistiera de alinear los prototipos en la carrera gala.
La primera prueba del Mundial de Resistencia se disputó en el mítico trazado de Sebring, el 1 de mayo, donde ninguna de las dos monturas que Alfa Romeo puso sobre el trazado llegó a cruzar la meta tras 12 horas de carrera. No menos importante era la siguiente carrera, la Targa Florio que se disputaba en Sicilia. Alfa Romeo se presentó con cuatro coches. Uno de ellos, el pilotado por el dúo Nanni Galli e Ignazio Giunti, ni siquiera llegó a clasificarse para la carrera. Y no mejor suerte tuvieron los restantes. Un accidente y sendas roturas en la suspensión delantera hicieron irse de allí a Alfa Romeo con las manos vacías.
La temporada continuaba su curso y el nuevo Tipo parecía no rendir al nivel esperado por los de Turín. En la siguiente prueba lograron un quinto puesto, en los 1.000 kilómetros de Nürburgring, pero estaban fuera de toda lucha por el título mundial. Aún les quedaba trabajo por hacer y muchas cosas que afinar.
Para la carrera de Mugello presentaron una nueva versión, fruto de aquel trabajo de desarrollo. Aprovechando la rapidez del circuito, cambiaron toda la parte trasera y parte de la sección central, alargando la cola para así sacar una mayor velocidad punta. Por el camino del rediseño perdió el ‘periscopio’ y por tanto su mote. Fue rebautizado como Tipo 33/2 ‘Mugello’ Spider. En pista se pusieron tres de estas nuevas monturas, pero pese a todos los esfuerzos, la escuadra sufrió un nuevo abandono completo.
La desastrosa temporada fue solamente maquillada por un doblete que lograron en una prueba de menor nivel, el Trofeo Ettore Betoja, disputado en el trazado italiano de Vallelunga. La victoria fue para Andrea de Adamich, mientras que en segunda posición cruzó Ignazio Giunti.
Con ello dio por terminado el año. Probablemente, desde Alfa Romeo supieron ver el rendimiento que era capaz de sacarse del Tipo 33/2, pese a su nefasta resistencia mecánica. Fue por ello por lo que para el año siguiente se realizaron una serie de modificaciones que dieron como resultado el nuevo Alfa Romeo Tipo 33/2 ‘Daytona’.
El Tipo 33/2 ‘Periscópica’ Spider de 1968 se siguió utilizando durante algunos años más en manos de equipos privados, pasando cada poco tiempo a nuevos dueños. En 1969, Anton Fischhaber consiguió un tercer puesto en el circuito alemán de Neubiberg, pero tuvieron que pasar seis años más, hasta 1975, para que se sumase un nuevo podio al palmarés.
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