Real Time Web Analytics

MI COLECCION LE MANS EN SLOT A ESCALA 1:32

miércoles, 6 de octubre de 2010

TALBOT LAGO T26-GS de MMK, 1st Le Mans 1950 #5

Maravillosa miniatura en resina del artesano francés Victor di Natali perteneciente a la serie "Slot France" de MMK Productions. Reproduce el Talbot Lago que logró la victoria sobre el circuito de la Sarthe en el año 1950. Al volante de esta preciosidad iban los Rosier, padre e hijo, que protagonizaron una de las leyendas más conocidas de las 24 Horas de Le Mans.


De origen italiano, Anthony F. Lago tomó el control de los Automóviles Talbot S.A. en 1935 después de que la joint venture entre Sunbeam, Talbot y Darracq fracasara. Lago era un gran fan de las carreras y creía que el éxito en la pista era la mejor herramienta de marketing para la compañía. Tomó como base el motor tres litros y seis cilindros de Talbot y el ex-diseñador de Fiat, Walter Becchia, desarrolló uno nuevo de competición de cuatro litros.


El motor empleaba un tren de válvulas patentado por Talbot con un árbol de levas único para operar en válvulas inclinadas 60º con 12 varillas de longitud desigual. El motor de cuatro litros debutó en un monoplaza en 1936, y también se montó en los legendarios coupés Figoni&Falaschi. De una fiabilidad sobresaliente, estos deportivos obtuvieron varias victorias en los Grandes Premios.


Después de un alto de siete años provocado por la Segunda Guerra Mundial, la producción se reanudó en Suresnes en 1947. Ayudado por un nuevo diseñador, Carlo Marchetti, Lago desarrolló una nueva versión del motor de seis cilindros, elevándolo hasta los 4 litros y medio.

Con sus limitados 165 cv, el 4,5 litros no iba a ser rival para los 300 cv de los motores sobrealimentados utilizados en los monoplazas italianos; así Lago y Marchetti volvieron a la mesa de dibujo y diseñaron una culata revisada para el 4,5 litros. El nuevo motor hizo su debut en el T26 de calle en 1947. La versión de competición siguió poco después.


Con reminiscencias de los antiguos motores Riley, el nuevo motor Lago y Marchetti de seis cilindros llevaba dos árboles de levas laterales a media altura del bloque motor. Simplificando el diseño y ejecución del árbol de levas completo en cabeza, los árboles de levas laterales compartían muchas de las ventajas. Fueron utilizadas varillas cortas para operar las 12 válvulas.


En su configuración inicial el motor daba una potencia de 240 cv, mientras que la versión de doble bujía introducida en 1950, daba oficialmente  260 cv. Al seis cilindros en línea le fue acoplada una caja de cambios Wilson de cuatro velocidades. Esta transmisión se instaló sobre un sencillo chasis de sección cuadrada.

La suspensión era por bieletas, una ballesta transversal en la parte delantera y un eje rígido en la parte trasera. Tanto el chasis como la caja de cambios se derivaban directamente de los Talbot Lago de carreras de la década de los 30, similares también a los Talbot de calle contemporáneos.


Apodado T26C, el nuevo monoplaza Talbot Lago hizo su debut en la competición en el Gran Premio de Mónaco de 1948. En comparación con la competencia sobrealimentada de los Alfa Romeo, Ferrari y Maserati, los coches franceses parecían obsoletos incluso antes de que se diera la salida. El Maserati 4CLT en entrenamientos superó a los Talbot con facilidad, pero en carrera las posibilidades de victoria estaban más igualadas.


Los autos italianos requerían al menos una parada en boxes para repostar y montar neumáticos nuevos, mientras que el T26C podía completar la carrera sin detenerse nunca. A pesar de pararse a mitad de camino para cargar combustible, Nino Farina se llevó la victoria al volante del Maserati, pero con Louis Chiron pilotando un T26C pisándole los talones.


Gracias a su kilometraje superior y a la gran fiabilidad, el T26C obtuvo dos importantes victorias en Grandes Premios en 1949. Al parecer la victoria en Spa Francorchamps convenció a Enzo Ferrari a abandonar sus V12 sobrealimentados en favor de un nuevo 4,5 litros atmosférico.


En las siguientes temporadas la robustez de los Talbot les anotó un gran número de victorias en las carreras fuera de campeonato y demostró ser una buena elección para los pilotos privados. Convencido plenamente de la fiabilidad del coche, Anthony Lago diseñó un proyecto para abordar las 24 Horas de Le Mans de 1950.

Dos T26GS (chasis 110055 y 90131) fueron preparados. Los coches tuvieron que modificarse ligeramente para cumplir con las regulaciones de la carrera, añadiéndose un asiento para habilitar la conducción de piloto y copiloto, guardabarros y luces.


Intentaban superar a sus rivales con su tecnología “de antes de la guerra” frente a la dura competencia, encabezada por Ferrari. Sin embargo, 24 horas de total fiabilidad ayudaron a ambos coches a lograr el mayor triunfo de Talbot en esta carrera, obteniendo los dos primeros puestos. Curiosamente, todos los Ferrari que participaban en la prueba abandonaron…


El coche ganador iba conducido por Louis Rosier y Jean Louis Rosier, padre e hijo. A pesar de que eran dos los pilotos, solamente Louis asumió la responsabilidad de la carrera, compitiendo al volante durante más de 23 horas. Debido a la inexperiencia de su hijo, decidió no darle el relevo al llegar la noche y solamente una avería, subsanada tras 45 minutos, permitió que este “súperhombre” descansara un rato. Jean Louis condujo tan sólo un par de vueltas… el tiempo suficiente para que su padre se aseara un poco.


El 25 de junio de 1950 debió ser el día más feliz de Anthony Lago, ya que 4 años antes declaró: ''Cada vez que uno de mis coches gana una carrera, creo que estoy pagando una deuda moral con el país que me ha permitido hacer realidad el sueño de mi vida".

El Talbot Lago T26C permanece como uno de los old fashioned con el que los pilotos podían ganar en los Grandes Premios y en los eventos de resistencia más exigentes.

5 comentarios:

  1. Después de la victoria del ´49 Ferrari se "estrelló".

    Esta fue una victoria totalmente francesa.

    ResponderEliminar
  2. Bellas fotos de un precioso coche de slot.

    Hay más historia que la que cuentas y tendrás que esperar que yo le haga fotos al cochecito para que me anime a publicarla.

    ResponderEliminar
  3. Artículo de café y cigarrillo, el primero para las fotos y el segundo para leer sin perder ripio y en un ambiente ad hoc mezcla de nostalgia e historia fiel.

    En lo que respecta a la historia del modelo en cuestión..., perfecto; es cierto que hay más historia, en todo hay más historia, fíjate que Pierre Abeillon -uno de los libros que utilicé para preparar mi artículo- dedicó dos volúmenes a los Talbot Lago de competición. La cuestión es que Álex ha firmado un artículo correctísimo y fantástico, sin nada que sobre y menos que falte. Cada uno tenemos nuestra visión de un cochecito, y siempre muy mecánicos, me encanta.

    Con respecto al segundo piloto..., tras algunas inmersiones es cierto que gran parte dan el nombre, siempre de apellido Rosier, de Jean Louis (o JL). Sin embargo, he encontrado más fiables las fuentes -no internetianas- que dan el nombre de Claud.

    Con respecto a la avería y el relevo..., también hay versiones. Unos dicen que en la mañana, otros que a la noche y mientras pilotaba Claud; de ahí que papá no le volviera a dejar el cochecito. Qué roturas, qué reparaciones..., qué época, qué pilotos, qué gente!!!

    Lo dicho, de café y cigarrillo..., gracias por él!!!

    Salud.

    ResponderEliminar
  4. Gracias a todos por vuestros comentarios... siempre son un complemento muy interesante a la historia que escribo en el blog, a la vez que necesarios, tanto para subir el ánimo de un servidor como para aportar datos o ideas nuevas.

    Fue una grata sorpresa que, preparando desde hace tiempo esta historia, fuera a coincidir mi entrada con la publicación del pedazo artículo de Luis en la Mas Slot... como no creo en las coincidencias prefiero pensar que Demo y yo en algunos aspectos "vamos de la mano"...

    La historia de cada coche y de cada carrera es extensísima pero, para no aburrir a mis amigos, prefiero condensarla en unos pocos párrafos acompañados con multitud de fotos... así la lectura se hace más amena obteniendo, o no, una idea general del modelo en cuestión...

    Es el viejo truco de los arquitectos renacentistas que decoraban los techos de los larguísimos tramos de escaleras para que el personal que accedía por ellas se fijara más en los artísticos artesonados y menos en cuántos peldaños faltaban para el final...

    Un abrazote, amigos.

    ResponderEliminar
  5. Fantástica proeza la de la familia Rosier!!!
    El coche de MMK es una preciosidad u un alarde de tecnología ya que hasta la fecha NO había visto este tipo de sujeción que lleva los guardabarros y correas.
    FELICIDADES por el modelo y el artículo!!!

    ResponderEliminar

Muchas gracias por visitar el blog y por añadir un comentario; te lo agradezco. Reconozco que me gusta que me escriban, y me gusta responder.