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MI COLECCION LE MANS EN SLOT A ESCALA 1:32

sábado, 14 de septiembre de 2013

LANCIA AURELIA B20 GT, el triunfo de una modesta berlinetta.


LA MINIATURA.
César Jiménez escogió el Lancia Aurelia B20 GT que participó en las 24 Horas de Le Mans de 1951 con el dorsal #33 para incluirlo en su espectacular catálogo. La extraordinaria resina de Slot Classic, referencia CJ-28, salió al mercado en 2007. La versión que presentó en esa ocasión el artesano de Gijón corresponde a la unidad con número de chasis 1010 y matrícula VC 25466. Se realizó en un elegante color granate y fue el único representante de la marca turinesa en la carrera de ese año.

La miniatura protagonista de las fotografías llegó a mi vitrina procedente de un cambio. Tenía en mi poder varios ejemplares de los coches que se entregan en las finales del Campeonato de España de Slot, de cuando me dedicaba a la competición. Lo cierto es que esos coches no me decían nada y no formaban parte, ni por asomo, de mi criterio de colección. Mis amigos Joan, Santi y Javi, que comparten mesa en los mercadillos a los que concurren, se llevaron algunos de ellos como contraprestación del cambio que os comentaba.


ORIGENES. A finales de los años 40 Vincenzo Lancia, fundador de la marca de automóviles que lleva su nombre, dejó las riendas de la empresa en manos de su hijo Gianni Lancia, que se ocupó en lo sucesivo de los futuros modelos de la firma italiana, afincada en Turín. El Aurelia fue el primer proyecto del que se hizo cargo.

La pre-historia del Lancia Aurelia es preciso situarla durante la Segunda Guerra Mundial. Francesco de Virgilio, experto ingeniero especialista en el equilibrio de los motores examinó, a expensas de Lancia, un seis cilindros en V a 39º. De Virgilio concluyó el análisis observando que para que el motor diera un funcionamiento óptimo, el ángulo V debía aumentar hasta un valor de 60º. Lancia, tras el final de la gran guerra, planeando una nueva serie del Aprilia, realizó un nuevo motor de 1569 cc, pero con ángulo a 45°, el valor máximo permitido por el capó motor del coche. El prototipo funcionó durante todo 1947, pero al año siguiente la evolución del Aprilia fue abandonada definitivamente, a favor de un modelo completamente nuevo, el Aurelia.


Bajo la dirección técnica del genio Vittorio Jano, responsable de la Reparto Esperienze Lancia antes de 1937 y padre de los “grandes” Alfa Romeo como el P2, el P3 o el Monza, se desarrolló el nuevo proyecto. Se trataba de dar relevo al obsoleto Aprilia. Jano diseñó un nuevo chasis partiendo de la berlinetta B10, mientras Francesco de Virgilio, con la colaboración de Ettore Zaccone-Mina, dotó al vehículo de un motor seis cilindros en V en aleación ligera de acuerdo con sus convicciones teóricas, adoptando la solución definitiva del ángulo a 60º. Este propulsor de 1754 cc suministraba una potencia de 56 cv a 4000 rpm.

PRESENTACION. Fue presentado al gran público el 4 de mayo de 1950 con motivo del Salón del Automóvil de Turín. Aunque en el momento de su lanzamiento el B20 estaba homologado para tres personas (todos ellos acomodados en un único asiento delantero), la distribución interior fue cambiada posteriormente y el “nuevo” Aurelia inauguró una fórmula que gozó de gran éxito durante los siguientes veinte años: el de "Gran Turismo de 2+2 plazas”. Se trataba de uno de los vehículos más avanzados del mundo, puesto que fue el primer automóvil de producción en serie en utilizar un seis cilindros en V y el primero que calzó los famosos neumáticos radiales “X” de Michelin, sustituyendo a los “normales” de Pirelli. Los ejemplares salieron de los talleres de Turín al “módico” precio de 2.600.000 liras, precio que no impidió que gozara de un rotundo éxito comercial.

El primer B20, de las 6 series que llegaron a fabricarse, fue mejorado en 1951 lanzándose al mercado el denominado B21. Muy pocas diferencias se podían advertir entre ambos modelos; la más notable se encontraba en el propulsor, que en este último había ascendido a 1991 cc de cilindrada y 70 cv de potencia. Precisamente del modelo B21 partió la versión que nos ocupa, el Lancia Aurelia B20 GT.


Los autores no se ponen de acuerdo en la paternidad del diseño final. Unos aseguran que los lapiceros del genio Pininfarina dibujaron las bellas formas del admirable deportivo italiano, redondeando suavemente la línea de la carrocería. Otros señalan al turinés Gianpaolo Boano; su padre, Mario Felice Boano, era el propietario de Ghia. También hay quien atribuye el diseño a Boano y la realización a Pininfarina. Quizás esta discrepancia, todavía no resuelta, viene por el hecho de que parte de la producción (98 unidades) fueron encargados por Boano a la factoría Carrozzeria Viotti, pues la línea de producción de Ghia estaba colapsada y el resto de unidades salieron de los talleres de Carrozzeria Pininfarina.

El Aurelia B20 GT se fabricó entre abril de 1951 y febrero de 1952 aproximadamente. De dimensiones contenidas (428 cm de largo y 154 cm de ancho) es, junto con el casi contemporáneo Alfa Romeo Sprint 1900, uno de los más manejables y veloces deportivos italianos de la época. Montado sobre un chasis monocasco cuya distancia entre ejes se acortó respecto al B21, alojaba su mismo motor pero más afinado hasta alcanzar los 75 cv a 4500 rpm.

Una segunda serie del coupé fue optimizada con frenos más potentes y una suspensión más baja, entre otras mejoras mecánicas, logrando un total de 80 cv de potencia. Suspensión independiente en las cuatro ruedas, transmisión con tracción trasera y una caja de cambios de cuatro velocidades lanzaban este automóvil de 1070 kg de peso en orden de marcha hasta los 180 km/h. Desde sus inicios ya era toda una máquina muy competitiva. Y así es como el Aurelia B20, una “modesta” berlinetta, se convirtió en uno de los coches que más éxitos deportivos ha forjado para la marca transalpina.


El 1 de abril de 1951, el Tour de Sicilia inició la temporada de las grandes carreras de ese año. Debutaba la nueva berlina de Lancia, la B21, equipada con el motor de dos litros, obteniendo la victoria de clase marcando unos tiempos mucho mejores que el Alfa Sprint. Este éxito deportivo satisfizo tanto a la firma italiana que decidieron crear su propia escudería de carreras. Entre el 28 y 29 de abril del mismo año participaron cuatro coupés B20 “semi-oficiales” en las Mille Miglia. El pilotado por Giovanni Bracco y Umberto Magioli terminó en segunda posición, precedido solamente por el Ferrari 340 América de Gigi Villoresi que erogaba 240 cv…

EN LAS 24 HORAS DE LE MANS. Tomar parte en las 24 Horas de Le Mans era todo un reto para los fabricantes de automóviles de los años cincuenta. Lancia también sucumbió a esta propuesta y aceptó el desafío en la edición de 1951, celebrada del 23 al 24 de junio, también semi-oficialmente, bajo la tutela de la Scuderia Ambrosiana. Los pilotos transalpinos Giovanni Bracco y Giovanni "Johnny" Lurani (Conde de Calvenzano) hicieron una maravillosa carrera, muy regular, logrando que su Aurelia B20 GT consiguiera la victoria en la categoría (hasta 2000 cc), alcanzando el duodécimo lugar absoluto en la general.

El Lancia Aurelia de Bracco/Lurani superando al
Porsche 356 A de los franceses Veuillet/Mouche.

Charles Faroux, co-fundador de las 24 Horas de Le Mans y director de la carrera de 1923 a 1956, comentó al finalizar la misma que el Aurelia encarnaba el verdadero espíritu de Le Mans, pues era un automóvil que te podía llevar tranquilamente al teatro y después defenderse muy dignamente en la pista. Definición exacta de lo que se esperaba de un auténtico GT, ya que el Aurelia fue el primero en denominarse con estas siglas.

Para este tipo de carreras, la berlinetta iba dotada de un “limpia” opcional colgado de la parte superior del parabrisas delantero. Además cabe reseñar también la ausencia de parachoques y tapacubos en las ruedas, mejorando la aerodinámica del coupé y dándole un aire más racing. Esta era la librea típica del B20 en las competiciones.


Participó con éxito en las más importantes carreras mundiales de resistencia: por tierras mexicanas en la Carrera Panamericana, en la famosa Targa Florio siciliana e incluso en la Liège-Rome-Liège, obteniendo casi siempre la victoria en la clase Gran Turismo, por delante incluso de los potentes automóviles de la clase Sport, como Ferrari o Maserati.

Uno de los triunfos más prestigiosos y con mayor repercusión mediática lo logró en 1954, al alzarse con el primer puesto de la general del Rally de Montecarlo… ¡¡¡ Caramba con la modesta berlinetta !!!