Se asoma al blog uno de mis
“patitos feos” favoritos: el Cadillac Le Monstre de Top Slot.
Cuando empezé a coleccionar coches
de slot con la decoración “Le Mans” habían salido al mercado muchas de las referencias
más admiradas de marcas como Slot Classic, Anni Mini, MMK, Proto Slot Kit o Le
Mans Miniatures cuyos modelos estaban ya descatalogados. Estas miniaturas que considero
verdaderas joyas “pata negra” son muy difíciles de conseguir y cuando se dejan
ver en tiendas o subastas su precio suele ser desorbitado.
Este modelo ha entrado en mi
vitrina gracias a la amistad que me une a “mi socio” Enric Roca. Él, que tiene
una paciencia infinita, ha sabido esperar el momento adecuado para hacerse con
una segunda unidad de este precioso kit de la marca francesa Top Slot,
referencia TS00028. Los dos kits fueron confiados a Jordi
Sánchez que se encargó de dar este fantástico acabado a las burdas resinas en
bruto que le entregamos.
Y en sus manos el monstruo se tornó
bello…
El A.C.O. (Automobile Club
de l’Ouest) organizador de las 24 Horas de Le Mans estaba muy interesado en la
participación de equipos, coches y pilotos norteamericanos. Éstos aumentaban la
popularidad de la prueba gala y los organizadores y prensa especializada
estaban encantados con la habilidad, deportividad y buen humor de los pilotos
americanos. Así es como en la edición de 1950 el equipo B.S. Cunningham
sorprendió a los espectadores que poco podían imaginar que dos Cadillac aterrizaran
en Le Mans y formaran parte de la parrilla de salida de la mítica prueba.
Y mucho menos que uno de
ellos lo fuera en forma de un armatoste francamente amenazante que por su
grotesca figura fue bautizado por los aficionados franceses con el nombre
de “Le Monstre”, mote que aparecía
escrito por duplicado en el frontal del prototipo. Este “monstruoso” coche en
realidad partía de la base de un precioso Cadillac Series 61 Coupé de Ville al
que se le había proyectado una carrocería muy especial, diseñada por Grumann
Aircraft, inspirada en la tecnología aeronaútica.
Por su aspecto voluminoso
formado por paneles de aluminio remachados entre sí cualquiera diría que la
influencia era la de un bombardero pesado tipo B-29. Pero la realidad mostraba
que la carrocería resultaba más aerodinámica, los paneles permitían acceder
fácilmente a partes del coche que de otra manera eran difícilmente accesibles y
además se había bajado considerablemente el centro de gravedad. Que el
resultado fuera más o menos bello era considerado un aspecto secundario.
El segundo Cadillac era también
un Series 61 Coupé de Ville, pero en su estado original, apodado “Petit Pataud”
debido a la corpulencia típica de los autos de lujo de los Estados Unidos.
Los dos autos fueron
enviados a Frick-Tappett Motors en Long Island para ser preparados para la
carrera de Le Mans. El Reglamento de la prueba obligaba a los equipos que el
chasis, el tren de rodaje y el motor fueran los originales del coche, aunque se
les permitía otras modificaciones. Grumann también se encontraba en Long Island
y una decena de sus artesanos se pasaron noches enteras para construir la
famosa carrocería del “Le Monstre”.
En ambos coches, las
mencionadas modificaciones se centraron básicamente en el conjunto de frenos
para ganar en fiabilidad. Tres aspectos se tuvieron en cuenta: primero reforzar
los frenos propiamente dichos, segundo adaptar un rudimentario sistema (termostato)
que midiera la temperatura de los mismos y tercero construir unos conductos que
los proveyeran de aire fresco.
En la instrumentación
interna se añadieron un tacómetro y un medidor de la presión del aceite.
Elementos prescindibles tales como los asientos traseros, tapacubos y faldones
de guardabarros, fueron eliminados. Al tanque de combustible original de unos
75 litros se le unió otro de unos 130 litros de capacidad.
El Cadillac Le Monstre fue
inscrito con el dorsal #2 y pilotado por el mismo Briggs Cunningham y por Phil
Walters. Al Cadillac Coupé de Ville se le asignó el dorsal #3; al volante
también dos pilotos norteamericanos: los hermanos Miles y Sam Collier,
fundadores del Automobile Racing Club of America en 1933, al que posteriormente
se unió Cunningham.
La carrera del Le Monstre no
fue nada plácida puesto que en la segunda vuelta Cunningham perdió el control y el
coche quedó varado en un talud de protección en la famosa curva Mulsanne. Ahí
se perdió un tiempo precioso (alrededor de veinte minutos) pues la normativa
obligaba que el piloto cavara a mano con una pequeña pala hasta poder liberar
el auto de la trampa de arena. Más adelante tuvo un grave problema con la caja
de cambios, al perder las dos primeras marchas y tener que conducir sin ellas
el resto de la prueba.
Por el contrario, el “Petit
Pataud” (llamado “Clumsy Pup” por los anglófonos) tuvo una carrera sin
problemas, terminando en una asombrosa décima posición de la general. El “Le
Monstre” recibió una gran ovación de la multitud, ya que cruzó la bandera de
cuadros justo detrás del Coupé, en el decimoprimer puesto, remontando desde la 35º posición . Estos dos coches se convirtieron en precursores importantes de los
esfuerzos pioneros de Briggs Cunningham para lograr una victoria americana en
la clásica francesa.
Ahora este par de maravillosos
automóviles, protagonistas en 1950 en el circuito de La Sarthe, descansan en
las dependencias del Revs Institute for Automotive Research, pertenecientes a
la Collier Collection en Naples, Florida. Del 6 al 8 de julio de 2012 salieron
de su ostracismo para formar parte de la Le Mans Classic…