Parece ser que antes de que aflore de nuevo la
primavera van a volver unos días de frío. En este pasado invierno, cuando las
temperaturas eran bajas, me vestía con más capas de ropa que las que tiene una
cebolla. Me ha venido a la memoria lo que me decía mi madre cuando de pequeño me
ayudaba a vestir, antes de ponerme el jersey: "Cógete la manga"… Una
orden clara y contundente cuya finalidad era que no se nos subiera la camisa
hasta el codo. Es ese tipo de órdenes que tan bien saben dar las madres.
Ahora soy mayor y mi madre ya no está con
nosotros (el pasado 1 de febrero habría cumplido 79 años). Pero cada vez que me
pongo un suéter recuerdo sus palabras y, obediente ¡¡¡me cojo la manga!!!...
Ella se llamaba Rosa y ya en otra oportunidad le
dediqué aquí un coche de mi colección, también un Porsche de color rosa. Y
ahora que sigo añorándola y echándola de menos como nunca, la tengo presente en
mis recuerdos y le dedico esta sencilla entrada. Bob Wollek, un luchador que
también falleció antes de hora, fue un piloto de gran talento al que la suerte
le giró la cara en Le Mans: siempre decía que no ganar en el circuito de La
Sarthe era la única laguna de su palmarés. A mi madre sin duda le caería bien Bob
Wollek.
Su historia me ha parecido interesante y os
la voy a relatar brevemente, salpimentada con fotografías del Porsche 962C
(también color rosa) del equipo Joest Racing que pilotó junto a Hans Stuck en
la edición de 1989. Ambos se alzaron al tercer lugar del cajón de los campeones.
Bob Wollek
nació el 4 de noviembre de 1943 en la población alsaciana de Strasbourg, Francia.
Deportista de alto nivel, fue campeón del mundo militar y universitario de
esquí. Paralelamente debutó en la competición automovilística al volante de un
R8 Gordini en el Rally de Mont Blanc, proclamándose ganador de su categoría en
su primera carrera.
Siendo
miembro del equipo francés de esquí, conoció a Jean Claude Killy, abandonando
el deporte alpino por el automovilismo. Segundo piloto de Shell, tras Francois
Migault, participó asiduamente en el Trofeo Alpine Le Mans. Sus buenos
resultados fueron recompensados por la marca francesa inscribiéndolo en las 24
Horas de Le Mans de 1968 con un Alpine A210, acabando en la 11ª posición.
Al año
siguiente repitió experiencia con el mismo coche, esta vez haciendo pareja con
el mismo Killy. Tras un prometedor inicio de carrera, se vieron obligados al
abandono. Después de unas complicadas carreras en la Formule France, tocó un
poco de todo: Fórmula 3, Fórmula 2, Campeonato de Circuitos de Francia,
Campeonato Europeo de Turismos e incluso Rally (14º en el Rally de Montecarlo
de 1973 a bordo de un Alpine A110 1800).
Cuando
Lagardère se hizo cargo de la dirección de Matra, lo integró en el equipo para
las 24 Horas de Le Mans. Pero fue al volante de Porsche cuando se empezó a
hablar de Bob Wollek. Tras las buenas prestaciones conseguidas a bordo de un
Carrera en 1974, se integró en la escudería Kremer a partir de 1975.
Era la
época de los 935 Silhouettes: en el campeonato alemán encadenaba victoria tras
victoria, ganando siete veces la Copa Porsche, todo un récord. Prácticamente
desconocido en Francia, su notoriedad en Alemania era increíble. Llegó a ser
piloto oficial de fábrica y siguió siendo habitualmente fiel a esta marca, venciendo
en casi todas las grandes carreras de Sport Prototipos.
Cuatro victorias
en Daytona (1983, 1985, 1989 y 1991), victoria en las 12 Horas de Sebring en
1985, triple vencedor en los 1000 km de Nürburgring (1975, 1978 y 1979), dos
triunfos en los 1000 km de Brands Hatch (1986 y 1989), uno en los 1000 km de Spa
(1985) y en los 1000 km de Monza (1983), doble victoria en los 1000 km de Dijon
(1978 y 1989), primero en Hockenheim (1977), Misano (1978), Vallelunga (1978),
Mugello (1979), Silverstone (1979), Paul Ricard (1974), Zhuhai (1974) y Suzuka
(1974). Vencedor en cinco mangas de las ALMS de 2000…
A pesar de
tener un talento fuera de los común, solamente Le Mans falta en su fabuloso
palmarés, con sus 30 participaciones, en las que llegó a flirtear con la
victoria: cuatro segundos puestos, dos terceros, tres poles, cuatro victorias
de categoría… pero nunca pisó lo más alto del podium.
Los
americanos lo llaman “Brilliant Bob”; su refinado estilo de conducir le
permitía ir extremadamente rápido pero a la vez preservando la mecánica de su
coche, pudiendo ir primero consumiendo menos combustible. Un alsaciano que
nunca daba nada por perdido, nunca bajaba los brazos, capaz de las remontadas
más increibles.
Un
perfeccionista, deportista de altísimo nivel que cuidaba al máximo su condición
física. Durante la semana precedente a las 24 Horas de Le Mans, realizaba el
trayecto desde Strasburg (donde residía) hasta Le Mans en bicicleta, alrdedor
de 800 kilómetros.
Bob Wollek
murió el viernes 16 de marzo de 2001 (ya han pasado 12 años). Atropellado por un vehículo cuando iba en
bicicleta por los alrededores de Sebring, circuito en el que debía tomar parte
en una manga de las ALMS. Su cuerpo está enterrado en Klingenthal, a una
treintena de kilómetros de su ciudad natal.
Alex, gran recuerdo de Wollek (y de tu mamá amigo); fue un gran piloto, la falta del triunfo en Le Mans no empaña sus laureles.
ResponderEliminarAcá pueden verlo en Le Mans 1996:
http://juanhracingteam.blogspot.com.ar/2011/10/004-porsche-911-gt1.html
Hermoso el 962 rosado que nos presentas.
Abrazos!
Triste, pero a la vez gran historia.
ResponderEliminarFenomenal, como siempre.
Beautiful car.....very very nice.
ResponderEliminarGracias amigos por los comentarios, vuestras muestras de cariño me hacen sentir bien...
ResponderEliminarThank you very much, Motorsport Modeller. Best regards.
Un abrazote.