Los
coleccionistas apasionados por el automovilismo de competición a menudo nos
obsesionamos con los deportivos que han participado en nuestras carreras
favoritas y nos olvidamos de esos vehículos secundarios que dormían en los
paddocks de los circuitos. Me refiero más concretamente en los, para mi gusto,
fantásticos “transporters” encargados por las principales escuderías en los
años 50, 60 y 70.
Estos camiones portaban en su interior, de los talleres a los
trazados, no sólo los bólidos protagonistas de las gestas más impresionantes,
sino también todo el utillaje y el repuesto necesario para conseguirlo. Algunos
de ellos además del transporte puro y duro se dedicaban también a representar
la imagen de la empresa, como los famosos Bartoletti, el Renntransporter de
Mercedes o el mismísimo Bacalao de Pegaso, por poner algunos ejemplos.
La
miniatura reproduce un vehículo fabricado por Fiat perteneciente a la gama de
camiones de medio tonelaje (menos de 10 Tn) de la serie 640, que desde 1949 ya
se producían con la cabina avanzada. Este modelo en concreto es el Fiat 643N
cuya producción se desarrolló entre 1963 y 1970. Dotado del motor Fiat tipo 220
de seis cilindros en línea, desplazaba los pistones hasta los 9.161 cm³,
derogando una potencia de 160 CV. El propulsor iba conectado a una transmisión
de doble reducción de cinco velocidades. El diseño robusto de su chasis lo
hacía apto para arrastrar un remolque de 28 Tn.
Ferrari
tuvo una buena relación con Fiat mucho antes de que la potente firma turinesa
se hiciera con los deportivos de la marca de “il cavallino” allá por 1969. Su
división de carreras ya contaba con los camiones Fiat para sus transportes
desde los años 50. El modelo 643N fue utilizado por la Scuderia Ferrari en los
años 60 y 70 y también por Maserati. Su cabina pintada en color gris indica que
esta unidad del 643N era empleada por el equipo de carreras transalpino como
vehículo de transporte, taller y piezas de repuesto.
La miniatura.
Para
hacer la miniatura se ha partido de un kit de Evolution Slot, una obra de artesanía
de Toni Ruvira. En la construcción tanto del chasis como de la plataforma
de carga se ha empleado un material bastante inusual en slot, la placa de
circuito impreso a doble cara. Esta placa es de fibra de vidrio forrada en
latón y su manejo es bastante complicado puesto que para cortarla es necesario
utilizar un disco abrasivo de polvo de diamante. Para soldar entre si las
diferentes piezas, Toni ha usado estaño punto a punto, dejando unas soldaduras
muy limpias. La cabina del camión y el resto de piezas que componen el kit
están hechas en resina salvo, por supuesto, los neumáticos.
El
montaje y acabado de todo el kit se lo encargué a mi amigo Jordi Sánchez Casas.
Su deseo de dejarlo perfecto le llevó a documentarse con fotos para dejar el
camión lo más real posible. Hizo un trabajo de encaje de bolillos para que
funcionara mecánicamente la pieza que hace de “ascensor” entre los dos pisos de
la plataforma. Jordi buscó piezas nuevas de resina para ambientar el camión,
neumáticos más acordes con los reales, montantes de madera natural para
conformar la zona de taller y detalles varios que no llevaba el kit de origen.
Lo slotizó y, para rizar el rizo, lo dotó de luces delanteras y traseras. El
resultado es asombroso.
Fotos: Àlex Aguilar
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