Tazio Nuvolari y Raymond Sommer eran dos campeones
astutos en la pista, con experiencia en las carreras y capaces de llegar al
límite de sus fuerzas, una energía que otros pilotos no eran capaces de
desplegar. Con la victoria en las 24 Horas de Le Mans de 1933 además
demostraron tener un espíritu particularmente ingenioso.
Los dos bravos pilotos corrían cada uno por su cuenta,
pero ese año decidieron participar en el mismo equipo. Unidos formaron un
conjunto homogéneo y rápido. Ambos tenían un palmarés impresionante. Sommer era
campeón y especialista en carreras de resistencia, pero eso no le impedía ganar
algunas pruebas de velocidad. Nuvolari era “el campeonissimo”, el piloto más
fogoso, audaz y atrevido de todos los conductores europeos. Ferdinand Porsche
le llamaba “el más grande corredor de ayer, hoy y mañana”.
Ambos se subieron a un Alfa Romeo 8C y se convirtieron,
sin ningún género de duda, en los favoritos para ganar el Grand Prix d’Endurance.
Nuvolari era la liebre, el cazador del record por vuelta; Sommer hacía el
trabajo sucio, mantener la regularidad necesaria totalizando las horas y los
kilómetros a la media calculada, siguiendo la pizarra que le enseñaban desde
boxes.
Tras la salida, el equipo cogió cierta ventaja y los casi
cien mil espectadores que se dieron cita en el circuito de La Sarthe tuvieron
la impresión de que a Nuvolari y Sommer el triunfo no se les podía escapar. No
obstante, en carrera surgió una serie de imponderables que hizo que no se
ganara con la facilidad imaginada. Al amanecer un problema inesperado se cruzó
en el camino de la victoria: una fuga en el depósito del combustible. Había un
riesgo enorme de no tener suficiente carburante para acabar el número de vueltas
obligatorias por reglamento entre dos reavituallamientos. Sommer
buscaba una solución y Nuvolari, completamente “desmelenado”, se lanzaba a batir
vuelta rápida tras vuelta rápida. ¿Qué iban a hacer?
Mientras todos los que estaban en el box de Alfa asistían
en silencio a esta tragedia deportiva que debía abocar al abandono al equipo de
cabeza, Raymond Sommer llamó a dos amigos y les dijo al oído: “Reunid toda la
goma de mascar que encontréis en Le Mans”… Los dos camaradas partieron
rápidamente y volvieron poco después, agotados, pero satisfechos por el deber
cumplido, con una gran cantidad de paquetes... del chicle que tanto gustaba a los
norteamericanos.
Cuando Nuvolari dejó el coche en manos de Sommer, éste llevaba
los bolsillos llenos de paquetes de chicle. Esta golosina le sirvió para
taponar la fisura del depósito y el resto de la carrera tanto uno como otro se
la tiraron masticando este dulce providencial. Según el reglamento de las 24
Horas de Le Mans, todas las reparaciones deben hacerse con el material que se
encuentre a bordo del automóvil y los comisarios no pudieron más que aplaudir
la ocurrencia del piloto francés.
Una vez Nuvolari cruzó la meta, se bebió de un trago
medio litro de agua pues los dientes todavía le rechinaban. Y Sommer declaró
que debía un reconocimiento eterno al preciado producto que les permitió no
solamente obtener la victoria que se habían merecido sino también haber recorrido
la mayor distancia en el palmarés de todos los Grandes Premios de Resistencia.
Moraleja: se confirma que no es suficiente llevar a las
24 Horas de Le Mans un equipamiento completo de herramientas y piezas de
recambio; también es importante no olvidar un paquete de chicles, un parche
esencial para depósitos frágiles.
Roger Labric
BNF/Gallica/L’Aero
Info: les24heures.fr
Fotos: Alfa Romeo 8C de MMK Serie “Capot Moteur Ouvrant”
(Colección Mulsanne Stone)
Hermoso modelo Alex, como siempre brillando en esos dioramas. Además, el relato de Roger me atrapó.
ResponderEliminarY eso que no me gustan los chicles...
Abrazos!
Jajjajajaj... gracias Juanh, en cuanto vi el relato no dudé en traducirlo y traerlo aquí.
EliminarY perdona por responder tan tarde, ni yo mismo visito el blog jajjajaj....
Un abrazote.
Sí la verdad es que el relato merece la pena, pero no deja en segundo plano esas fotos. Estupenda entrada Alex. Por cierto, pásate por mi blog, que me tienes muy anticuado en tu blog roll, "ultima vuelta punto waskalas punto com"
ResponderEliminarLuís qué enorme sorpresa !!!!! No sabía que habías vuelto por estos lares, jajjjajajaja
ResponderEliminarYa tienes actualizado tu blog, no sabía de su nueva existencia y la verdad es que te ha quedado muy chulo...
He podido releer tu artículo del Matra y me he vuelto a partir de risa, es sensacional. Seguiré leyéndote.
Un abrazote.