"Hola buenos mozos, después de unas largas vacaciones en la isla de Capri, Luigi y Franco vuelven a la carga. Todo este tiempo han estado de "parrandeo", hasta les ha dado por cantar tangos !!!!!!!... Viendo el cariz que tomaba el asunto, les pedí que se centraran... eso y la falta de pasta, les ha hecho recapacitar..."
Salté de alegría. Por fin Juanjo se había puesto de nuevo en movimiento; tras un parón larguísimo (bajo mi perspectiva), el gusanillo del scratch le había vuelto a picar: Mikius, "el Maestro", ha vuelto. Los que le conocemos sabemos que es una persona excepcional, lo que vulgarmente se conoce por "un trozo de pan"... y además un "cachondo perdido".
Luigi y Franco son sus mecánicos, es decir, su mano derecha y su mano izquierda... esas manos que se atreven tanto a pintar un lienzo como una carrocería... con un resultado exquisito. Y ésta es la suerte que tenemos sus amigos...
Su siguiente mail llevaba esta foto como archivo adjunto:
Una resina en bruto de Ocar, a la que ya le "había metido mano": Ocar se había olvidado de "dibujar" la portezuela izquierda y Juanjo, un "purista" en el sentido más amplio de la palabra, se había dado cuenta del detalle y solventó la omisión.
Y tres días después ya tenía terminada la miniatura... La resina reproduce, ni más ni menos, el famoso Jaguar XK 120 C-Type Long Tail, esa variante del conocido "tipo C", con la cola larga. Un coche muy bonito, pilotado en 1952 por los británicos Stirling Moss y Peter Walker, que no tuvo demasiada suerte en la carrera, puesto que abandonó a la tercera hora con problemas de motor.
Para aderezar estas fotos hechas por él mismo, utilizando lo que en su día llamamos el Mikius System, añadiré unos toques de la vida del maestro indiscutible en la categoría Sport de los años cincuenta: Stirling Moss. Espero que disfrutéis.
Dicen que Stirling Moss es un "rey sin corona", ya que a pesar de sus 16 victorias en grandes premios, tres de ellas en Montecarlo, nunca logró ganar el título de Campeón del Mundo. En resistencia era conocida su habilidad para subir rápido al coche, simbolizando la salida al estilo Le Mans. Eterna liebre de las 24 Horas, tampoco pudo inscribir esta prueba en su palmarés.
Stirling Moss nació en Londres en septiembre de 1929. Con un Cooper con motor JAP dominó las pruebas británicas de Fórmula 3. A los 21 años, ganó en Dunrod, al volante de un Jaguar XK120, su primera carrera Sport. Aunque tuvo que esperar hasta 1954 para disponer de un Fórmula 1 competitivo, Jaguar le confió desde 1951 un XK 120 C-Type para Le Mans. El joven inglés dio ese año muestras de su rapidez, consiguiendo el récord de la vuelta antes de abandonar.
Al año siguiente fue víctima de los C-Type con aerodinámica mejorada para incrementar la velocidad punta. Por desgracia, los ingenieros no tuvieron en cuenta el recalentamiento del motor por esta causa. En 1953 completó el triunfo de la marca de Coventry en La Sarthe al terminar segundo. Participante "en plan turista" en las 12 Horas de Sebring de 1954, logró la proeza de ganar con un endeble Osca MT4 de la escudería Cunnigham, un coche casi privado de frenos.
Fichado por Mercedes para la temporada 1955, superó en categoría Sport a su compañero de equipo, que no era otro que el gran Juan Manuel Fangio. Al ganar las Mille Miglia en 10h 7' 48" a la estratosférica media de 157 km/h, llevó a cabo una proeza calificada entonces de "hazaña del siglo".
Con el Mercedes 300 SLR se adjudicó asimismo el Tourist Trophy y la Targa Florio. De nuevo asociado a Fangio en las 24 Horas de Le Mans, habría podido ganarlas si la tragedia entre Levegh y Hawthorn no hubiese ocasionado la retirada, durante la noche, de las "flechas de plata".
En 1956, ahora en Maserati, inauguró el palmarés del 300 S con una victoria en los 1000 km de Buenos Aires. En Nürburgring utilizó dos 300 S para conseguir el mismo resultado. Pero para Le Mans se integró en el equipo Aston Martin: emparejado con Peter Collins, no pudo pasar del segundo puesto.
En 1957, de nuevo en Maserati, ganó el Gran Premio de Suecia para coches Sport pese a una temporada menos fructífera que la anterior. Así, en La Sarthe, encargado de pilotar el temible 450 S Coupé diseñado por Frank Costin y carrozado por Zagato, se vio muy pronto obligado a abandonar.
Venció en los 1000 km de Nürburgring de 1958, de nuevo con Aston Martin tras la retirada de la competición de Maserati. Renovó este triunfo al años siguiente también con un DBR1 y volvió a repetir victoria, en medio de la niebla, en 1960 con un... Maserati Birdcage privado.
Entre tanto, en las 24 Horas de 1959 los Ferrari 250 TR oficiales se fundieron al intentar seguir el infernal ritmo impuesto al volante de su DBR1, ritmo que también le costó el abandono. No obstante, facilitó el doblete de Aston Martin con Carroll Shelby y Roy Salvadori en lo más alto del podio. Su victoria en el Tourist Trophy contribuyó de manera significativa al título del constructor británico.
Un accidente en el Gran Premio de Bélgica le impidió participar en Le Mans en 1960. Héroe desafortunado de la edición del 61, Stirling hizo milagros con el Ferrari 250 GT SWB de Rob Walker. Estaba luchando con los Testa Rossa entre el cuarto y quinto lugar cuando una pala del ventilador seccionó un conducto del agua.
A pesar de no haber sentido nunca una gran admiración por Enzo Ferrari, en las 3 Horas de Daytona venció en categoría GT al volante de un 250 GT experimental.
Por desgracia, dos meses despues, una mañana de abril en Goodwood, se estrelló contra un terraplén en un grave accidente que le produjo una amnesia temporal. Recuperó la memoria, pero no sus reflejos, su legendaria rapidez y su penetrante vista. Meses más tarde, cuando volvió a ponerse al volante de un coche de carreras, unas pocas vueltas le bastaron para constatar que nunca podría volver a ser el gran campeón que fue.
Con el ánimo destrozado, durante un tiempo fue director de escudería. En tal función se le vio en Le Mans en 1963, como responsable de un AC Cobra que llegó como vanguardia de la ofensiva lanzada por Shelby al año siguiente.
En la actualidad, Stirling Moss es la estrella de numerosas competiciones de coches históricos y ha reencontrado la aureola del campeón en sus mejores tiempos.
Permitidme una última foto de la bella miniatura.
Info: Los coches más bellos de las 24 Horas de Le Mans. Ed. Altaya.
Wenas!!! Que alegría saber que el maestro vuelve al taller para hacer cochecitos como el que muestras, una verdadera joya y además, de uno de los mejores pilotos del mundo mundial y aprte del extranjero jaie jaiejiaei aij
ResponderEliminarOye, si alguno no tiene sitio en su vitrina, ofrezco la mía para cudarlo con mucho cariño este cochecito.
Fantástica entrada Alex!, auqnue escribo poco, te leo muuuucho aie aijei a
ADeu y gasssss
Hola compañero
ResponderEliminarDesde mi mas absoluta ignorancia de quienes son los autores de semejante belleza ,solo cabe felicitar a quien corresponda y evidentemente a ti por acercarnos vida mas alla de lo que la mayoria coocemos .
gracias de nuevo
Imprescindible retorno, sin duda... Susto el que me he llevado al ver de dónde habías sacado la información: Altaya... por un momento he leído Atalaya, y me he dicho.. joder ahora se ha hecho Testigo de Jehová. Por suerte me percato de mi error y veo que sigues siendo Musulmaneslot y no Jehováslot... Un saludete Alex y hasta pronto.
ResponderEliminarNo se quien es el tal Mikius, pero tiene unas manos maravillosas.
ResponderEliminarA disfrutar del coche. Saludos.
La historia del coche fantástica, como es habitual en este blog. El trabajo del "maestro" sobre un Ocar INSUPERABLE!!!!. Creo que hay 4 detalles que hacen que el coche brille: 1 los escapes; 2 la portezuela; 3 las calcas editadas para el modelo; 4 el piloto. Muchos de nosotros llamamos a Juanjo "maestro" ya que nos ha enseñado muchas técnicas de este hobbie en sus trabajos... aunque no por falta de ganas en los últimos tiempos NO puede hacer los trabajos que le gustaría... como todos tiene otras obligaciones.
ResponderEliminarJoan, ya sabía yo que el coche te iba a gustar, por dos razones: porque está montado por el gran Juanjo y porque al volante iba Sir Stirling Moss...
ResponderEliminarGracias Mikel por tu comentario... para saber de Juanjo, indaga un poco por Slotadictos y Pasión Slot y fliparás...
Toni, si los de la editorial ATALAYA se dedicaran a los cochecitos, serían más divertidos... los pobres, son tan sosos....
Manuel, por ahi vas bien, la vista no te engaña...
Enric, no he explicado nada de por qué le llamamos "el Maestro" pues viendo sus obras se explica solo... para ser justos, como discípulo no tienes precio...
Un abrazote a todos.
El "pequeño saltamontes" hace mucho que voló y su vuelo és muy alto en todos los aspectos.Os tengo que confesar que a día de hoy soy yo el que aprende de él y de otros cuantos más.
ResponderEliminarGracias por los comentarios y por teneros como amigos y en especial a tí Álex por el apoyo que siempre me diste,sin vosotros hace tiempo que hubiera dejado esta afición.
Un saludo
Menuda creación. Muy bonito.
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